jueves, 29 de agosto de 2013

LO QUE NO ENSEÑA EL COLE, SEGÚN BILL GATES

Las 11 reglas de la vida que tus Hijos NO aprenderán en el Colegio (Bill Gates)

1. La vida no es justa, acostúmbrate a ello.

2. Al mundo no le importará tu autoestima. El mundo esperará que logres algo, independientemente de que te sientas bien o no contigo mismo.

3. No ganarás 5,000 dólares mensuales justo después de haber salido de la escuela, y no serás el vicepresidente de una empresa, con coche gratis, hasta que hayas terminado el instituto, estudiado y trabajado mucho.

4. Si piensas que tu profesor es duro, espera a que tengas un jefe. Ese sí que no tendrá vocación de enseñanza ni la paciencia requerida.
5. Dedicarse a voltear hamburguesas no te quita dignidad. Tus abuelos tenían una palabra diferente para describirlo: le llamaban oportunidad.

6. Si metes la pata, no es culpa de tus padres, así que no llores por tus errores; aprende de ellos.

7. Antes de que nacieras, tus padres no eran tan aburridos como lo son ahora. Ellos empezaron a serlo por pagar tus cuentas, lavar tu ropa sucia y escucharte hablar acerca de lo "super" que eres y lo pesados que son ellos. Así que antes de emprender tu lucha por las selvas vírgenes, contaminadas por la generación de tus padres, inicia el camino limpiando las cosas de tu propia vida, empezando por tu habitación, escritorio, armario y closet.

8. En la escuela puede haberse eliminado la diferencia entre ganadores y perdedores, pero en la vida real no. En algunas escuelas ya no se pierden años lectivos y te dan las oportunidades que necesitas para encontrar la respuesta correcta en tus exámenes y para que tus tareas sean cada vez más fáciles. Eso no tiene ninguna semejanza con la vida real.

9. La vida no se divide en semestres. No tendrás vacaciones de verano largas en lugares lejanos y muy pocos jefes se interesarán en ayudarte a que te encuentres a ti mismo. Todo esto tendrás que hacerlo en tu tiempo libre.

10. La televisión no es la vida real. En la vida cotidiana, la gente de verdad tiene que salir del café de la película para irse a trabajar.

11. Sé amable con los "NERDS" (los más aplicados de tu clase). Existen muchas probabilidades de que termines trabajando para uno de ellos.

Lectura para la reflexion

CONFLICTO, PSIQUE, HISTORIA Y CULTURA: ALGUNAS OPINIONES

David Alberto Campos Vargas, MD*

La existencia misma es una lucha. Vivimos de manera intensa, en una carrera contra el tiempo, intentando conciliar tendencias dispares, tratando de sobrevivir a fuerzas muchas veces centrífugas, hasta entrópicas. Somos seres en conflicto. Supongo que esto es inevitable en un mundo imperfecto. No tengo la certeza platónica de creer que este mundo sea un remedo imperfecto de otro mundo perfecto (el Tropos Uranos culmen del Bien y la Belleza). Cabe la posibilidad que ese mundo ideal, perfecto, no exista, salvo en el sistema de Platón, o en las promesas que los grandes iluminados y sus correligionarios nos hicieron. Pero en todo caso prefiero creer que exista, porque este imperfecto mundo sí que tiene cosas por arreglar, y no quisiera creer que es lo único de lo que disponemos.

Sería mucha fatalidad. Este mundo muchas veces injusto, perverso y aberrado no puede ser el mejor de los mundos posibles. Se equivocó Leibniz. Él, tan certero como matemático, me parece algo desatinado como filósofo. Tampoco se trata de creer que vivimos en un valle de lágrimas. Este mundo también tiene alegrías, zonas luminosas, bondad… y una singular, peculiarísima justicia, que los hinduistas llaman karma (que en algo compensa la injusticia generalizada).

Pero me quedo con la esperanza de encontrar otro, o al menos imaginarlo. El conflicto en este mundo imperfecto no es sólo el que Zoroastro y Agustín captaron. Cierto es que este mundo parece un estadio enorme, escenario de una lucha titánica entre el Bien y el Mal. A veces podemos, como espectadores, emocionarnos un poco al creer que el Bien lleva la ventaja. Pero, sin ser maniqueos, podemos entender que la pelea es bien pareja, reñida. Así que no hay ciudad de Dios, ni ciudad sin Dios, sino un vasto universo que a veces se comporta como divino, y en otras, parafraseando a Nietzsche, demasiado humano. ¿Y qué es el Bien: una categoría moral, un concepto variable, relativo, o al menos relativizable? Sin duda.

Pero es justamente la relativización de lo que está bien y lo que está mal, supongo, lo que nos tiene así: matándonos unos a otros, agrediendo por doquier y de las más variadas maneras (algunas espantosas, como la tortura, la extorsión y el secuestro), irrespetándonos y haciéndonos la vida aún más difícil de lo que ya es en realidad. En eso sí coincido con Ratzinger: o seguimos relativizando y nos acabamos como especie, o le apostamos a lo que alguna vez Erasmo de Rotterdam soñó como una salida humanista, tolerante y pacífica: la Utopía.Sí, con Erasmo vuelve y juega Platón. Siempre que se pueda soñar volverá el griego ilustre. Y, por arrastre, vuelve también Aristóteles. Haciendo de este conflictivo mundo un mundo más pacífico, menos árido, podemos intentar entonces un juego político benéfico, unas leyes adecuadas, un comportamiento
más correcto. De lo contrario, el animal político aristotélico termina siendo un verdadero lobo para el hombre hobbesiano. Lo que me exaspera es ver que estamos, como Humanidad, más cerca de ser fieras que de ser humanos, y muchos, ya aturdidos y acostumbrados a la maldad, aún no se han dado cuenta.

¿No pudo ver Tomás de Aquino el embrollo? ¿Realmente era imagen y semejanza de Dios un hombre así de siniestro, así de bruto, así de malévolo?, ¿Por qué ignoró lo instintivo, lo egoísta, lo dañino que también es parte de nuestra naturaleza? Porque lo cierto es que, en este mundo imperfecto y de conflicto, también somos imperfectos y cargados de conflicto. Lo maquiavélico, lejos de ser un constructo ideológico para príncipes del Renacimiento, es por desgracia el pan de cada día. Nietzsche y Freud nos lo dejaron claro: nosotros, los homo sapiens, mitad ángeles y mitad bestias, desafortunadamente nos portamos como bestias la mayor parte de las veces. Por el Eros no me preocupo, al fin y al cabo tiende a apaciguar la bestia. Me angustia el Tánatos.

Como otros conciliadores (Orígenes, Locke, Mounier, Fromm, Maritain) el buenazo de Jung propuso una salida a semejante laberinto: la unión de los opuestos. La integración. Como quien dice, para que no nos atormenten los extremos, las paradojas o las disidencias, los podemos envolver bajo un todo integrador y tranquilizante. No apuntó muy lejos de Lao-Tsé. Las filosofías orientales, que él conoció bien, aceptan el conflicto y lo comprenden como parte de la vida. Como Julio César, siguen la línea de anexionar para dominar (algo que también intentó Freud, cuando habló de quitarle terreno al Ello en favor del Yo, o de hacer consciente lo inconsciente); o como Alejandro Magno, la de conquistar y entretejer al mismo tiempo, aspirando a una unidad sincrética.

Pero aquel noble esfuerzo, hay que decirlo, no lo han compartido todos. Un paso hacia la pluralidad, el respeto a la diferencia, o la tolerancia religiosa, es seguido (¡horror de la Historia, que se asemeja a un eterno retorno nietzscheano!) por un retroceso hacia el totalitarismo, la desvalorización de la vida humana y la barbarie. El sistema opresor y malvado cambia de nombre (esclavismo, expansionismo, imperialismo, guerras de religión, caza de brujas, colonialismo, dictaduras militares, neocolonialismo, fascismo, etcétera) pero nosotros, los seres humanos, seguimos siendo los mismos. Unos pocos dominando, los demás soportando. Insisto: ¿en qué estaba pensando Leibniz? Otros pudieron ver que hasta en lo placentero está el conflicto. Epicuro llamó a la moderación, conociendo ya cuán bajo podemos llegar si no nos contenemos. El banquete, sin ese freno de la conciencia moral, degenera en orgía y hasta en matanza.

Por cada Horacio, efectivamente, apareció un Calígula. Y hay algo más: el problema del principio de placer versus el principio de realidad. Una cosa es querer, otra es poder. Un principio de la realpolitik harto aplicable a la vida cotidiana. No siempre podemos satisfacer nuestros deseos. Tenemos que aplazar muchas gratificaciones. Y hasta indefinidamente. De otro lado, ya en la Escolástica lo razonable cobraba fuerza, pero fueron Descartes, Locke y Voltaire quienes invocaron a la diosa Razón como tal, creyendo que iba a ser útil para resolver nuestros conflictos. Pero se equivocaron. Es más poderoso el instinto. La mejor muestra fue razonabilísima Alemania (sí, la misma de Kant, Fichte y Hegel), que cayó en la trampa, Confió demasiado en sus libros, y la biblioteca se le vino encima. Un pintor mediocre y psicópata, eso sí, elocuente, y sus secuaces (modelos de irracionalidad y barbarie unos, de racionalidad y barbarie otros) se tomaron el poder a punta de gritos, ira y xenofobia. La razón, tal como la desenmascaró Adorno, resultó ser bastante frágil frente a lo irracional, lo telúrico, lo tanático, lo francamente animal. Mejor dicho, frente al conflicto. Hasta el mejor filósofo del siglo XX, Heidegger, cayó seducido por el embrujo nazi. La razón pasó de diosa a esclava.

Hay conflicto por doquier, pues es parte de la naturaleza humana, pero también tenemos la opción de callar, y hacernos los de la vista gorda. Podemos pensar que, así como están las cosas, es mejor algo de optimismo. Lo natural a veces puede ser bestial. Y la naturaleza del hombre, en su conflictiva básica, es tensión entre fuerzas (cada una con su propio sentido), es combate entre pulsiones, es debate entre distintas opciones de vida (tal como señalaron Sartre, Heidegger y Jaspers), en cada instante de la vida. Por eso, no podemos extrañarnos que la ilusión de un Paraíso o Reino de los Cielos, en el que cese al fin la batalla de la existencia, haya calado tan hondo en nuestra psique (tanto individual como colectiva).



*Médico Psiquiatra, Pontificia Universidad Javeriana. Neuropsicólogo, Universidad de
Valparaíso. Neuropsiquiatra, Pontificia Universidad Católica de Chile. Lic. Filosofía,

Universidad Santo Tomás

GUIA No 5

LA ROSA BLANCA

En un jardín de matorrales, entre hierbas y maleza, apareció como salida de la nada una rosa blanca. Era blanca como la nieve, sus pétalos parecían de terciopelo y el rocío de la mañana brillaba sobre sus hojas como cristales resplandecientes. Ella no podía verse, por eso no sabía lo bonita que era.

Por ello pasó los pocos días que fue flor hasta que empezó a marchitarse sin saber que a su alrededor todos estaban pendientes de ella y de su perfección: su perfume, la suavidad de sus pétalos, su armonía. No se daba cuenta de que todo el que la veía tenía elogios hacia ella.

Las malas hierbas que la envolvían estaban fascinadas con su belleza y vivían hechizadas por su aroma y elegancia.

Un día de mucho sol y calor, una muchacha paseaba por el jardín pensando cuántas cosas bonitas nos regala la madre tierra, cuando de pronto vio una rosa blanca en una parte olvidada del jardín, que empezaba a marchitarse.

–Hace días que no llueve, pensó – si se queda aquí mañana ya estará mustia. La llevaré a casa y la pondré en aquel jarrón tan bonito que me regalaron.  Y así lo hizo. Con todo su amor puso la rosa marchita en agua, en un lindo jarrón de cristal de colores, y lo acercó a la ventana.

- La dejaré aquí, pensó –porque así le llegará la luz del sol.

Lo que la joven no sabía es que su reflejo en la ventana mostraba a la rosa un retrato de ella misma que jamás había llegado a conocer.

-¿Esta soy yo? Pensó. Poco a poco sus hojas inclinadas hacia el suelo se fueron enderezando y miraban de nuevo hacia el sol y así, lentamente, fue recuperando su estilizada silueta. Cuando ya estuvo totalmente restablecida vio, mirándose al cristal, que era una hermosa flor, y pensó: ¡¡Vaya!! Hasta ahora no me he dado cuenta de quién era, ¿cómo he podido estar tan ciega?

La rosa descubrió que había pasado sus días sin apreciar su belleza. Sin mirarse bien a sí misma para saber quién era en realidad. Si quieres saber quién eres de verdad, olvida lo que ves a tu alrededor y mira siempre en tu corazón.

EJERCICIO DE REFLEXION

1. Inventa otro título para esta historia:




2. ¿Qué pretende enseñarnos el autor de este cuento?









3. ¿Te has sentido alguna vez como la flor? Explícalo:







4. Elige qué cosas son necesarias para conocernos mejor a nosotros mismos:

Un espejo, autoconfianza , escuchar las cosas que nos dicen las personas que nos quieren o aprecian, maquillaje, reflexionar sobre las cosas que hacemos, no dar mucha importancia a lo que nos dicen personas que no nos quieren o aprecian, no pensar sobre las cosas que hacemos mal, peinarse para ir guapas todos los días, una lupa.


5. Imagínate frente a un espejo que es mágico y puede decirte cómo eres, ¿qué cosas crees que te diría? Escríbelas:








6. Ahora, entrevista a uno de tus compañeros. Debes obtener la información necesaria para contestar a esta pregunta: ¿Cómo soy yo?







7. ¿Has pensado alguna vez cómo eres? Te invito a que lo hagas, para ello te voy a ayudar. Debes escribir cosas que suelen decirte los demás acerca de ti.

FAMILIA
COMPAÑERAS
PROFESORES























PUEDES ELEGIR CUALQUIER ADJETIVO QUE TE PAREZCA ADECUADO DE ESTA LISTA
Valiente, Desobediente, Feliz, Enfadado, Sincero, Listo, Orgulloso, Estúpido, Cobarde, Pesimista, Cuidadoso, Débil, Confiado, Amistoso, Obediente, Descarado, Atrevido, Perezoso, Desconfiado, Generoso, Creativo, Bueno, Agresivo, Inteligente, Alegre, Grosero, Popular, Fuerte, Infeliz, Optimista, Egoísta, Impopular, Educado, Razonable, Limpio, Caprichoso, Desastroso.

La autoestima es la valoración que hacemos de nosotros mismos; es decir, lo que nos queremos. y esto depende de la imagen que los demás tienen de nosotros y de la nuestra propia.

8. ¿Qué es lo que más y lo que menos te gusta de ti misma? Escribe tres atributos:









9. ¿Cómo desearías ser?








GUÍA No 4

EL DESPERTAR DE PESADILLO

Ogro Mogro, Gigantón y Abominable llevaban cientos de años encerrados en la cárcel de los monstruos. Habían entrado allí voluntariamente, después de darse cuenta de que asustar a los niños no era una buena forma de ganarse la vida. Desde entonces, los tres andaban tristes y solitarios; no sabían hacer otra cosa que asustar, así que carecían de ilusiones y pensaban que no servían para nada.

Ya habían cumplido sus condenas varias veces, pero cuando les decían que podían marchar, respondían que a dónde iban a ir, si sólo sabían asustar... Pero todo cambió el día que encerraron a Pesadillo. Pesadillo era un monstruo chiquitajo, que asustaba más bien poco y se pasaba todo el día durmiendo, pero era realmente muy divertido.

Contaba cientos de historias de cómo había cambiado los sueños de la gente para que fuesen más divertidos, y de cómo casi siempre sus cambios salían tan mal que acababan asustando a cualquiera.

A Ogro Mogro y sus amigos les encantaban sus historias, pero había que esperar a que el dormilón de Pesadillo se levantase para escucharle. Y no era nada fácil, porque parecía que ni un terremoto era capaz de despertarle. Hasta que un día, los tres monstruos juntaron sus más terroríficos gritos.

Pesadillo dio un bote en la cama y se despertó al instante. Les miró con los ojos muy abiertos, pero no parecía estar asustado, ni enfadado; más bien parecía estar contento:
- ¡Genial!- dijo- siempre he querido levantarme temprano. El día se aprovecha mucho más. ¿Sabéis? deberíais hacer de despertadores, sé de muchos dormilones que os lo agradecerían.

Los tres monstruos se sintieron felices al oír aquellas palabras; servían para algo! Después de tantísimos años, resulta que podían hacer más cosas de las que habían creído, y sin asustar ni molestar a los niños.

Ese mismo día abandonaron la cárcel dispuestos a crear su primer despertador. Y así, los tres monstruos se hicieron famosísimos con su negocio para dormilones, muy contentos de haber comprendido que siempre hay algo genial que podemos hacer, pero que a veces, está por descubrir.



EJERCICIO DE REFLEXION

1. Inventa otro título para esta historia:



2. ¿Qué pretende enseñarnos el autor de este cuento? Elige la opción correcta:

A. Los pollos no saben volar
B. Si creemos en nosotros mismos podemos conseguir todo aquello que nos propongamos
C. Debemos creer las cosas malas que nos dicen los demás

3. Ahora explícalo con tus palabras:







4. Contesta a las siguientes preguntas:

4.1 ¿Cómo crees que se sentían los monstros cuando les decían cosas negativas sobre ellos?







4.2 ¿Alguna vez te ha pasado eso a ti? ¿cuándo? y ¿cómo te sentiste?







4.3 Y sin embargo ¿Cómo te sientes cuando alguien dice cosas positivas o bonistas de
ti?







En la lectura anterior trabajamos el concepto de autoestima, a continuación te lo recordamos con otras palabras. La autoestima es aquello que sentimos, pensamos y manifestamos acerca de nosotros mismos. Es decir, la forma en que nos valoramos o estimamos.

¿Cómo puede ser la autoestima?

 Alta o normal: cuando coincide el concepto que tenemos de nosotros mismos con aquello que nos gustaría ser. Ejemplo, un alumno se considera inteligente y obtiene buenas notas. En consecuencia, se siente contento o satisfecho consigo mismo.

 Baja: cuando existe una gran diferencia entre el concepto que tiene de sí mismo y aquello que desearía ser. Ejemplo, un alumno se considera tímido y su ideal sería ser popular y tener muchos amigos.

5. ¿Qué consecuencias puede tener desarrollar una buena autoestima? Elige las opciones que consideras adecuadas y escríbe las razones de esa elección.

o   Actuarás de forma independiente, defenderás tus derechos y respetarás los derechos de los demás y al mismo tiempo asumirás tus responsabilidades
o   Buscarás siempre la protección o la aprobación de los demás y no asumirás tus propias responsabilidades
o   Serás capaz de afrontar y resolver con seguridad tus problemas
o   No serás capaz de afrontar los nuevos retos que se te plantean, ya que cualquier cosa nueva te produce inseguridad y ansiedad
o   Te sentirás satisfecho y contento por tus logros
o   Si te valoras positivamente también lo harán los demás y les gustará compartir su tiempo contigo


6. Reflexiona, ¿Cómo crees que es tu autoestima? Alta / Baja  Porqué








Una lectura para la reflexion

FABIO, EL NIÑO DEL AUDI QUE NO TUVO LA CULPA

Sergio Ocampo Madrid
“Fue un accidente, él no tuvo la culpa”, gritó airada una joven de unos 21 años el martes en una de las salas de audiencia de Paloquemao. Lo hizo para responderle a Roberto Bastidas, padre de Diana, una de las dos muchachas que resultó muerta hace dos semanas cuando Fabio Salamanca, de 23 años, conducía su Audi a 140 kilómetros por hora y embistió el taxi en el que viajaban Diana y Ana después de salir del trabajo. Fabio presentó grado tres (el máximo) en el examen de alcoholemia que le aplicó la Policía.

Roberto le gritó “asesino” el día de la audiencia, y la muchacha amiga de Fabio le respondió con ese “fue un accidente, él no tuvo la culpa”. Esta frase resume bastante bien una actitud de vida entre la gente que hoy ronda los 25 años y que se levantó en medio de unos cambios profundos en la forma en que la sociedad encaraba, consideraba y trataba a los niños, y con unas garantías absolutas al “libre desarrollo de su personalidad”, pero también con nuevos conceptos de autoridad y una forma distinta de relación entre padres e hijos.

No es gratuita entonces esa frase, que reclama de un modo casi agresivo el derecho a equivocarse, a no tener la culpa, a que se pase la página rápidamente, así de lo que se esté hablando sea de la muerte de dos mujeres jóvenes y de la posibilidad de que un hombre (el taxista) quede parapléjico. Se olvida también que el “accidente” del cual se exonera “de culpa” a Fabio se produjo porque este iba borracho a 140 kilómetros por hora casi a las 5 de la madrugada.

Este caso de Fabio Salamanca desde que arrancó tiene una fetidez particular. Las cosas comenzaron a mostrarse mal desde esas primeras imágenes del accidente cuando una mujer, de modo histérico y a las malas, le tapaba la cara a su “niño” para que no lo mostraran las cámaras de Tv. Desde ahí empezó a sugerirse que Fabio más que el victimario era otra víctima de esta tragedia. Luego no pudo comparecer porque estaba internado en una clínica con “estrés agudo” y no era apto psicológicamente para una diligencia en Fiscalía. ¿Cómo sería entonces el estrés de las familias de los muertos y de los Cangrejo, parientes del taxista que quizá no vuelva a caminar?

El sábado pasado, un juez mandó a la cárcel a Jonathan Cabrera por matar a un peatón cuando conducía ebrio un Renault Logan. A Fabio, en cambio, el martes la jueza Carmen Gualteros no solo decidió mandarlo a casa sino que se mostró casi indignada porque la Fiscalía quería “escarmentar a la sociedad” con la medida de aseguramiento para Fabio.

No soy abogado, pero el simple sentido común me dice dos cosas: la primera, que justo a la gente la envían a la cárcel para escarmentar a los demás, para persuadirlos de que actúen de modo ajustado a las leyes, y una de ellas proclama que no se debe conducir embriagado. Dos, en Colombia para efectos legales es mejor llamarse Fabio que Jonathan (o Haiver, o James, o Edison), y siempre dará más garantías conducir un Audi que un Logan.

Ahora bien, hay algo en lo que sí creo que no tiene la culpa Fabio, y la culpa ni siquiera es de la familia, sino de todos. Y no hay nada peor que cuando la culpa la tenemos todos, porque en el fondo nadie la asume. Me explico: desde hace tiempo veo aterrado cómo viene creciendo una generación que nació después de los 90, que ejerció su niñez en el último repecho del siglo XX y a comienzos del XXI. Antes de los 90 ser niño no valía nada y se imponía una dictadura que los obligaba a “callar cuando los adultos hablan”, a obedecer la autoridad sin chistar, a comer lo que los adultos decidieran, a tener que ser aconductados y hacer las cosas bien para ganarse el amor del papá y de la mamá.

Hubo cambios culturales, jurídicos y sociales que pusieron todo aquello patas arriba, y desde entonces la niñez es la que manda. Los adultos se acomodan a comer lo que al niño le apetezca; en el colegio los malos resultados a menudo son culpa del maestro, y hay que ganarse cada día el amor y la devoción de los hijos, con regalos, con última tecnología, con todo lo que los padres no pudieron tener cuando eran chicos. Obviamente, hablo de la sociedad formalizada; no soy ingenuo ni desconozco que en nuestras sociedades millones de niños la pasan muy mal, y son violentados cada día sus derechos.

Solo ahora estamos empezando a ver los resultados de esa nueva forma de considerar la infancia, de todo ese tremendo garantismo con que crecieron los niños a partir de los noventa, porque ya son adultos que se acercan a los primeros e inexorables treinta años.


Son los amos del universo. Así los criaron. Por eso, en el fondo, Fabio no tiene la culpa. Solo fue un accidente.

domingo, 4 de agosto de 2013

PELÍCULA MAS VISTA

Elabora una síntesis de la película donde enumere los valores que se practican y las buenas acciones que hacen posible la convivencia.

GUÍA 3 ÉTICA 3 PERIODO

INSTITUCIÓN EDUCATIVA LICEO DE SANTA LIBRADA
“camino de formación integral”

Guía 3 de ética grado séptimo periodo 3.
APRENDAMOS A CONVIVIR 2
Regla de Oro de la Convivencia.

La regla de oro en las relaciones humanas: “ Hacer a los demás lo que queremos que nos hagan y no hacer a otros lo que no desearíamos que nos hicieran”.

Este principio que constituye un legado fundamental que heredamos de culturas y religiones milenarias y que, de una u otra forma esta presente, a traces de la historia, en caso todos los sistemas éticos como norma principal que debería regular las relaciones entre las personas.

Esta regla se basa en la idea y convicción humanista del amor al ser humano, sin distinción de raza, sexo, edad, credo o condición social, simplemente por el hecho de ser persona. La palabra dignidad viene de la raíz dig que significa luz, así que su culto constituiría, en sentido metafórico, un acto de honra y reverencia a ese destello luminoso del valor de lo humano que irradia todo hombre. El reconocimiento y apreciación de la dignidad del valor humano en cada persona implica relacionarnos con ella como un ser valioso.

El primer nivel de esta regla de oro es el que da reciprocidad o correspondencia, que es el mas frecuente y que cumple ese principio pero limitándose a corresponder: dar lo suficiente para quedar bien con los demás, esperando que los otros le respondan del mismo modo.

Este tipo de relación humana corresponde a las necesidades de sentir amor como algo que falta y se obtiene pagando con un amor equivalente. Amor con amor se paga. En el otro extremo de la regla de oro esta el nivel superior de la magnanimidad en que se ama gratis, sin medida, sin esperar reciprocidad o recompensa. Es el amor trascendente en el que el yo se desborda y proyecta sobre los otros y los inunda con simpatía, empatía, cooperación amistosa y creatividad.

Mientras que el amor convencional es un pacto de mediocre calidad que implica un mínimo de mutua aceptación y de convivencia civilizada, en cambio en la magnanimidad, como la virtud o valor mas alto del ser humano o amor grande trasciende y es de máxima calidad.

Tengamos presente que no obstante, ambos niveles (justicia y magnanimidad) se propenden al mismo principio del buen y el mejor trato. En uno u otro caso, la regla de oro representa el principio y la norma que rige la entrada del hombre en la era de la civilización moral.

Tipos y Problemas Fundamentales de las Relaciones Humanas

La persona se forma mediante las relaciones e interacciones sociales que sostienen con los que le rodean, a través del tiempo. La personalidad e cada individuo es el resultado del conjunto complejo de las relaciones sociales y de situaciones interpersonales que ha experimentado a lo largo de su vida. Esta demostrado que la clase de contactos y de relaciones predominantes que hayamos tenido con las personas que nos circundan contribuye principalmente a la formación de la personalidad.

Las personas pueden asumir 7 posiciones o actitudes fundamentales hacia los demás.

ü  Formas del buen trato interpersonal (Relaciones y actitudes positivas Tipo Nosista) Consisten en el acercamiento y abordaje a las personas con actitudes de benevolencia, lo cual puede engendrar actitudes similares en las otras personas. Se pueden expresar a través de gestos, palabras u obras amables y satisfactorias.

ü  Formas del maltrato ofensivo ( Actitudes y reacciones negativas de agresividad, hostilidad, desprecio Tipo Guerrero) Estriban en la aproximación y relación con las personas con actitudes malévolas. Lo que también determina actitudes semejantes en las personas que tratamos. Se pueden expresar en lenguaje no verbal, verbal y en la conducta.

ü  Formas del maltrato ofensivo (Relaciones y actitudes negativas dominantes tipo dictador) Aquellas que se caracterizan por la relación y status de subordinación o sumisión a que se intenta someter a los demás. Mas que una relación del yo contigo, es una relación yo-cosa que se establece cuando se pretende manejar a las personas de acuerdo a los deseos del sujeto.

ü  Formas del mal trato ofensivo (relaciones y actitudes del temor o evasión del trato social del tipo tortuga) Estas formas las expresa el sujeto alejándose del contacto con los otros, con actitudes de timidez, recelo, cautela y desconfianza o franco temor y miedo lo que se puede demostrar mediante una serie de expresiones gesticulares, verbales y conductuales, que implican huida.

ü  Formas de mal trato consistentes en relaciones y actitudes de dependencia parasitaria (tipo enredadera) Son aquellas relaciones en las que se vive a expensas de los demás, de lo que reciben de los otros y que va desde la imploración y la suplica a la exigencia y reclamación.

ü  Trato enrolado o de relaciones convencionales heterónomas establecidas por los roles sociales (tipo Robot) Son relaciones sociales adquiridas por imitación o aprendizaje social, de cortesía que implican trato superficial, que se limita a cumplir los roles que la sociedad establece.

ü  Ausencia de Trato: Relaciones y actitudes sociales indefinidas o no estructuradas (tipo Anestesia o Veleta) Estas son firmas de no trato que se manifiestan quedándose o permaneciéndose al sujeto en el “punto muerto” o neutral de la inercia, la indiferencia por las relaciones humanas.

Si las relaciones sociales en que ha vivido el sujeto han sido buenas, entonces si personalidad crecerá normalmente y estará mas dispuesto al buen trato, a la convivencia amable y cooperativa de los demás.

Si por el contrario, las actitudes y el trato que ha recibido de las personas que le rodean han sido enemistosas, entonces el sujeto se desarrollará anormalmente y surgirán en el los dos patrones de trato y conducta social negativa:

o    Formas del mal trato ofensivo, con características de agresividad y rechazo

o    Formas del mal trato defensivo y de dependencia, con su cortejo de manifestaciones que implican el retraimiento, la evasión o el parasitismo en el contacto humano y protegerse del mismo o explotarlo.

Comunicación Interpersonal.

La comunicación entre las personas es el hecho fundamental que caracteriza a las relaciones humanas. La convivencia se produce a través e la comunicación interpersonal y social.

Estamos siempre en un proceso continuo de comunicación: en la familia, en el trabajo, con las amistades y por lo general, suele haber un flujo constante y reciproco de información entre ellas. El éxito y la felicidad de nuestras relaciones dependen de la eficiencia y efectividad de la comunicación que establecemos con las personas que nos rodean.

La comunicación interpersonal se puede desarrollar y perfeccionar a través del aprendizaje y la práctica.

La palabra comunicación viene del latín com que significa estar juntos, unir o juntar y munus que se traduce por oficio, trabajo y obra, por lo tanto, comunicación es hacer algo en común, compartir algo conjuntamente.

La teoría general de la comunicación explica la comunicación humana y abarca también todas las formas de comunicación como son el teléfono, el telégrafo, el radio, la televisión y todas las formas modernas de comunicación.

Los elementos esenciales de todo sistema de comunicación son los siguientes:

Fuente del mensaje.

Codificación o clave.

El sistema de transmisión o canal de la comunicación.

La descodificación o desciframiento.

Retorno de la comunicación.

El proceso de la comunicación humana puede tener problemas que se deben a dificultades localizables y pertenecientes a cualquiera de las etapas que constituye la cadena.


ACTIVIDADES

1.    Lea comprensivamente la presente guía y subraye las ideas principales.
2.    Averigüe el significado de las palabras desconocidas.
3.    Elabore un escrito donde explique las ideas claves de cada subtitulo.
4.    Identifique las actitudes y/o comportamientos expresados en la guía y que usted comparte, cuáles no. Justifique su respuesta.
5.    ¿Qué situaciones de las que se enuncian en la guía se presentan en su curso.

6.    ¿Cómo se podrían solucionar tales situaciones?